Osteoporosis y fracturas por fragilidad

La osteoporosis es una enfermedad que se produce por la disminución de la densidad de la masa ósea, lo que hace que los huesos se vuelvan más porosos y se vuelvan más frágiles. La fractura por fragilidad es, normalmente, el primer signo de debilidad de nuestros huesos, una situación que puede derivar en futuras fracturas con el paso del tiempo. La osteoporosis es la causa de alrededor de 9 millones de fracturas cada año.

Las fracturas por fragilidad son aquellas que se producen por un impacto mínimo como una simple caída, pero sus consecuencias pueden ser muy severas y alterar, de forma significativa, la vida de las personas que las sufren, mermando su calidad de vida. De hecho, pueden ser el origen de una incapacidad permanente.

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Un dato relevante es que el 80% de las personas que experimentaron, al menos, una fractura por fragilidad a causa de la osteoporosis no está identificada ni tratada de esta enfermedad.

Cuando una persona sufre una fractura por fragilidad tiene un riesgo mayor de sufrir una nueva fractura. Es importante que ese riesgo sea evaluado por un especialista en metabolismo óseo a través de una evaluación de la salud ósea de la persona afectada para determinar el mejor tratamiento a seguir con el objetivo de prevenir futuras fracturas. Una de las pruebas que le realizarán para conocer su salud ósea es una densitometría que mide la densidad ósea y contribuye a definir el riesgo de futuras fracturas.
 

La osteoporosis afecta a unos 300 millones de personas en todo el mundo, de  hecho 1 de cada 3 mujeres y 1 de cada 5 hombres en el mundo, sufrirá una fractura por fragilidad debido a la osteoporosis. Una de las principales razones es la menopausia, cuyos cambios hormonales hacen que los huesos se debiliten.

Sin embargo, esta enfermedad también afecta a los hombres, de hecho, un tercio de las fracturas de cadera en todo el mundo se producen en varones. La historia familiar juega un papel importante en la determinación del riesgo de sufrir una fractura osteoporótica. Otros factores de riesgo tienen que ver con la actividad física que se realiza, y factores ambientales como el tabaquismo, el consumo de alcohol y de algunos medicamentos a largo plazo como los corticosteroides o los inhibidores de la bomba de protones.
 

Una dieta saludable y hacer ejercicio de forma regular son claves en la prevención del desarrollo de la osteoporosis. El calcio -presente en los lácteos, verduras, frutas, nueces y algunos pescados- y la vitamina D -presente en los pescados azules, el hígado y a través de la luz solar- ayudan a promover una buena salud ósea. 

Una vez que se ha diagnosticado la osteoporosis, los suplementos de calcio y vitamina D, junto con una dieta saludable y el ejercicio, no son suficientes para frenar la enfermedad. Las hormonas como el estrógeno y la progestina se pueden utilizar también para prevenir la pérdida ósea y las fracturas.

Los tratamientos más comunes para la osteoporosis incluyen fármacos destinados a reducir la velocidad a la que los huesos se deterioran, reduciendo la pérdida ósea. Otras opciones son los fármacos osteoformadores que pueden ayudar en la formación de hueso.

En UCB, al estudiar un raro trastorno genético óseo, hemos estado explorando un novedoso enfoque para reducir el riesgo de fractura, la pérdida de densidad ósea y el deterioro microestructural sufrido por los pacientes con osteoporosis.

UCB cuenta con un servicio especializado para dar apoyo tanto a pacientes como a profesionales sanitarios durante su tratamiento, en aquellas enfermedades en las que la compañía está trabajando. Para tener más información sobre osteoporosis puedes visitar UCBCares Osteoporosis. 

Aquí puedes conocer testimonios de personas afectadas por osteoporosis.